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La pregunta del millón: ¿se puede tener una piscina en una terraza? Miles son las dudas en relación a este tema con la llegada del calor y más en estos momentos en las que las salidas de verano peligran o nos plantean dudas. Pero, ¿es posible añadirla o no? ¿Es legal hacerlo sin afectar a mis vecinos y a la estructura de mi edificio? Hoy os hablaremos de todo esto.

Antes de adquirir y montar una piscina portátil hay que asesorarse. Las piscinas hinchables no traen advertencias sobre la resistencia de la estructura del piso y sus etiquetas solo informan de su capacidad. Se puede preguntar al vendedor si cierto ático o terraza aguantará el peso una vez llena la piscina, pero lo habitual es que lo desconozca. ¿Qué se puede hacer entonces?

Una buena solución es llamar a un aparejador o arquitecto, alguien con conocimientos específicos, para que vea el lugar exacto donde se quiere colocar y determine si es posible o no.

Para quedarse más tranquilos, se podría consultar la memoria de estructura de la casa, que debe tener la constructora, pues en ella aparecen datos importantes, como cuánto peso soporta el forjado. En líneas generales, la media de carga que aguanta la estructura de la vivienda suele estar en 350 kilos por metro cuadrado.

Un cálculo rápido para entendernos…

Si la piscina es poco profunda, no hay peligro de hundimiento. Porque, más que la superficie que ocupe la piscina, hay que tener en cuenta su altura. De ella dependerán los litros que hay sobre cada metro cuadrado.

Un litro de agua pesa un kilo. Si la piscina se llena hasta 30 centímetros, ya llegaría a 300 kilos por metro cuadrado, a los que se añaden el peso de la piscina y el de la gente que se baña… Por eso, con 40 centímetros de agua ya se está superando el límite, y si se llenan unos 50-60 centímetros, se llegaría a 500-600 kilos de peso, sobrepasando en mucho la carga media que aguanta la casa.

La legislación en España no indica nada específico sobre el uso de las piscinas portátiles, ni dónde y cómo colocarlas en terrazas o balcones. Lo que sí señala es que cada metro cuadrado forjado de una vivienda debe ser capaz de soportar la presión de 200 kilos, más que suficiente para muebles y personas.

Con estos cálculos, en un piso recién construido con la normativa actual se podría poner una piscina portátil que no supere los 30 centímetros de profundidad.

Y los vecinos… ¿es necesario tener un permiso o un seguro?

Si piensas colocar la piscina en una azotea de un bloque comunitario ten muy en cuenta que los vecinos pueden tener mucho que decir al respecto.

  • El peso puede suponer que tengamos que poner refuerzo estructural, con las molestias que supone para la comunidad. 
  • Es importante tener en cuenta también que el propietario que disponga de la piscina en su inmueble es responsable de las afectaciones que esta puede causar a otros vecinos, por lo que se debería ampliar la cobertura del seguro de su vivienda.
  • Es recomendable que al tratarlo con tus vecinos, les comentes que utilizarás una capa que proteja de las filtraciones de agua al forjado y, por tanto, a la vivienda de abajo o al garaje, en caso de un bajo.

Entonces… ¿Sí o no?

Podrás poner tu piscina portátil sin permiso de tus vecinos siempre que sea de una altura inferior a 30 centímetros de profundidad. En cualquier otro caso debes pedir un informe técnico que avale que no habrá daños estructurales y posteriormente, presentarlo a tu comunidad.

Aun así, recomendamos en todo caso realizar el informe técnico.

¡Feliz verano desde Grupo Ayser!

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